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lunes, 5 de diciembre de 2011

Una visión tridimensional de la España decimonónica


Desde el pasado 25 de Noviembre, la sala sobre Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acoge la exposición ‘Una imagen de España. Fotógrafos estereoscópicos Franceses (1856-1867)’. La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 22 de Enero, contiene multitud de instantáneas realizadas en la España decimonónica por autores como Carpentier, Lamy, Andrieu, Ferrier-Soulier, Gaudin, etc.  Además de fotografías, los visitantes también podrán observar artilugios de la época, libros de viajes, apuntes e incluso un panorama de la ciudad de Madrid.


La estereoscopía (gr. stereo; skopei) es una técnica que consiste en crear ilusiones ópticas de profundidad o tridimensionalidad, a partir de dos imágenes tomadas en ángulos ligeramente diferentes. Puede que la dirección del museo haya sido arbitraria al escoger esta exposición, pero la verdad es que han tenido gran atino con el tema a tenor de la omnipresencia del 3D como el último grito en tecnología audiovisual. Contemplando esta colección, se evidencia y reafirma que, si bien la tecnología se perfecciona cada vez más, las inquietudes humanas y su pulsión escópica persisten en el tiempo como las hojas de un árbol perennifolio. Si se quiere, se pude tomar incluso como un toque de atención hacia nuestro acusado “cronocentrismo” snobista, sobre todo si tenemos en cuenta que esta técnica se desarrolló en los primeros años de la aparición de la fotografía.


Las imágenes expuestas tienen un gran valor historiográfico, pues podemos ver la fisionomía de las ciudades en el siglo XIX y ser conscientes de la mutación que ha sufrido su espacio en centuria y media. Por otro lado, estas fotografías documentan una época de cierta apertura al exterior y librecambismo, fruto de las inversiones públicas en el ferrocarril y de la emergente industria del oriente español. Se retrata pues, el espacio en donde la sociedad isabelina sobrevivía y era testigo de sublevaciones, levantamientos, guerras carlistas y de independencia, derrotas internacionales que devenían en la entrega de las colonias, más unos desequilibrios socio-político que anunciaban el advenimiento con la I República y el Sexenio Democrático. En fin, estas instantáneas son un estupendo documento en donde se refleja un fragmento de la historia de España a partir del valor descriptivo de la síntesis fotográfica.


Otra vez, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe
dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
halla un breve descanso mi alma.
 Algo tiene este blando reposo
de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada,
de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas
inmensas, nos habla a un tiempo.
Ya no lloro..., y no obstante, agobiado
y afligido mi espíritu, apenas
de su cárcel estrecha y sombría
osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas
de luz que el espacio llenan.
 Cual si en suelo extranjero me hallase,
tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos
donde en cada rincón me aguardaba*

Según los comisarios de la exposición, Javier Piñar y Carlos Sanchéz, los autores de la época privilegian “el mundo urbano, pero no se fotografían todas las ciudades. Importa el monumentalismo, pero la mirada enfatiza el Medioevo cristiano y el rastro de Al Andalus. Hay una especial predilección por las puertas urbanas y los puertos de mar, tan vinculados al acto de viajar…” Como vemos, los fotógrafos no pueden abandonar esa cosmovisión del romanticismo que han heredado, que les emplaza a descubrir un lugar para ellos exóticos y que guarda en sus huellas en ruinas de un pretérito esplendor tantas veces evocado en la literatura de viajes y en los textos románticos. En esa visión, podemos averiguar haciendo un ejercicio de genealogía, la concepción arquetípica que del español se tiene a extramuros. Pues en su afán explorador, estos fotógrafos se inclinaron por recoger lo más pintoresco y autóctono que pudieron atestiguar.



 Al hilo de todo lo anterior, recuerdo que mañana será gratuita la entrada al Museo del Romanticismo, que ayer cumplió el segundo aniversario de su apertura. Tampoco dejen de visitar la exposición de Delacroix, que permanecerá instalada en el CaixaForum hasta el próximo 15 de Enero.


*Rosalía de Castro. Orillas del Sar (II)

1 comentario:

  1. ¡Gran combinación de géneros históricos, culturales y formato multimedia! Tiene buena pinta.

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