Ayyy!!! Revoluciones de twitter le llamaron algunos. Sin duda una perífrasis con gancho, un titular con salero, un lenguaje infoteinment
al que nos acostumbramos con los contenidos de calidad de programas estilo “¡Aquí hay tomate!” o Deportes Cuatro…
Pero nada más lejos de la realidad. Ya hemos expuesto en anteriores entradas
cual es nuestro punto de vista a la hora de abordar estos temas, o mejor dicho,
cualquier tema. Como humanistas (¡Uy! ¿Lo he dicho o lo he pensado?), para
nosotros todo parte del ser humano, de su perspectiva y de su representación.
Por lo tanto, huiremos de ese (… wait for it…) "determinismo tecnológico”
tejiendo otro relato. Esta vez sobre el devenir de los movimientos sociales y su
relación con la comunicación
“La imagen del capitalista no es la de aquel con corbata sino la de la estrella de rock" (...) " La revolución de los Beattles era pues, divertida, permitía tener acceso a todo aquello censurado por la moral mayoritaria, hacerse rico con ello y además aparecer como un verdadero revolucionario sin necesidad de serlo" (GONZÁLEZ FERRIZ, R. 2012)
En torno a los movimientos sociales orbita cierta mitología,
una especie de liturgia que aflora cuando, por fin, hay una movilización. Al
igual que el debate entre apocalípticos e integrados, usando la terminología de
Umberto Eco, existe una discusión entre lo que debería de ocurrir para que una
contestación social lograra sus objetivos. Ante este debate unos se quejan de
la esterilidad de “agitar las manos y hacer gritos mudos” y otros de lo perjudicial
que es “levantar barricadas o arrojar botellas”. Pero en el fondo del tema no
sólo residen dos formas de expresión distintas, sino diferentes tuétanos para diferentes
contextos de lucha.
Seguramente caiga en el 'cronocentrismo' (me encanta inventar palabrejas), pero las luchas, como es obvio, han evolucionado
dependiendo de las circunstancias de cada época. En el movimiento obrero se
buscaba revertir el sistema, tomar el poder y hacerse con los medios de
producción. Sus reivindicaciones se centraban pues en aspectos económicos. Pero
claro, no podía ser de otra manera, la masa proletaria se identificaba colectivamente
con su clase. Compartían exactamente los mismos problemas, vivían en las mismas
zonas, su espacio de interacción era la fábrica porque su sociedad era
industrial. Se trataba de una masa más o menos homogénea que copiaba los modelos
de organización que veía en su trabajo, dando como resultado los partidos
políticos y los sindicatos.
Cuando el sistema fue asimilando algunas de las conquistas
sociales y la estructura productiva cambiaba a merced de la historia, el modus operandi del movimiento obrero
tuvo que evolucionar para no marchitarse de nostalgia. A partir de mitad del
Siglo XX, los nuevos movimientos sociales nacen en el seno de una sociedad
arropada por el papá estado. Una sociedad en donde prima el sector servicios y
cuyo tejido social está compuesto principalmente por las clases medias.
Con la barriga llena, estos movimientos ya no se afanaban en
darle la vuelta al calcetín estado, sino en usar uno nuevo con más colorines. De
ahí que las reivindicaciones se especialicen en áreas temáticas y no en clases. Intentan que sus proclamas influyan en los programas electorales, pero no necesariamente participar en la vida política. Surgen pues movilizaciones como las de ecologistas, feministas, homosexuales,
antinucleares, etc. Ya no interesa controlar los medios de producción. En la
sociedad de la información los medios no son de producción, sino de
información. Luego los nuevos movimientos buscarán aparecer en los medios
mediante acciones que permitan mostrar sus reivindicaciones intentando, entretanto, no
viciar el mensaje. Esto no quiere decir que los movimientos obreros no tuvieranmedios propios, pero estos funcionaban, al igual que en los 60, como boletines internos.
En esa búsqueda por la emancipación de una sociedad
paternalista y de la representación continua los nuevos movimientos se obcecaban en buscar la diferencia en la homogeneidad moral y cultural, en lo
underground, en lo alternativo. "La revolución se convirtió en un gadget y el estilo cultural bohemio pasó de ser una confrontación a ser hegemónico en la cultura capitalista " (Gonzalez Férriz, 2012: 46)… Tanto es así que , en algunos casos, crearon el abominable perfil del gafapasta, también conocido como modernete ¡Vaya Tragedia! Buscando lo
diferente se volvieron todos iguales y fueron fagocitados por un sistema, el
capitalista, que precisamente se nutre de la novedad para seguir vendiendo. Así
apareció el pop, el rock, la movida... ¡Jopé!
En el siguiente post seguiremos disertando sobre la evolución de los modos de representación de la protesta hasta nuestros días. Aquí os dejo un pequeño avance de lo que podremos ver:
En el siguiente post seguiremos disertando sobre la evolución de los modos de representación de la protesta hasta nuestros días. Aquí os dejo un pequeño avance de lo que podremos ver:
"El uso de las TIC será una de las grandes innovaciones de estos movimientos que gracias a ellas se coordinarán globalmente, profundizarán en la horizontalidad, informalidad y participación de sus formas organizativas, enriquecerán su imaginario e identidad cultural y ampliarán su repertorio de confrontación. Internet y las nuevas TIC no tendrán solo un papel instrumental sino que influirán también en la propia constitución de la identidad colectiva del movimiento gracias a la agregación de intereses y la socialización en las comunidades virtuales de Internet y a la creación de interpretaciones alternativas de la realidad que se producen por la información compartida y la interacción en red. De esta forma los movimientos sociales contemporáneos surgen y se desarrollan en un espaciohíbrido, tanto físico como virtual" (CANDON MENA, 2012)
- Gonzalez Ferriz, R. (2012) La revolución divertida. Ed. Debate, Madrid
- Candón Mena, J. (2012) La dimensión híbrida del movimiento del 15M: Entre lo físico y lo virtual [Consultado el 21/02/2013]
No hay comentarios:
Publicar un comentario