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jueves, 14 de marzo de 2013

El devenir de los movimientos sociales: del puño cerrado a las manos agitadas (II)


Esta semana se conmemoraba el IX aniversario de la efeméride que introdujo a España en el siglo XXI. Si se dice que EE.UU tuvo su entrada en el tercer milenio a bordo del  Boeing  757 de American Airlines que se estrelló contra la torre norte del WWC, nuestro país comenzó su diáspora con el 11-M. Y no me refiero a lo que un hemisferio de la prensa llama amnesia, sino a la forma en la que empezamos a interactuar como sociedad de la información. Si bien en las manifestaciones contra la Guerra de Irak ya se avecinaba el poder de las multitudes conectadas, no fue hasta el 13-M, con el llamado (y difamado) noche del ‘pásalo’, cuando la sociedad demostró comportarse como un organismo colectivo. De nada sirve preguntarse quién lo empezó o si estuvo teledirigido por alguien, lo que importa es que sirve precedente para continuar con nuestro relato sobre la evolución de los movimientos sociales.

“Los movimientos cumplen la función simbólica de cuestionar el discurso dominante y hacer visible al poder, para lo cual utilizan los mismos recursos informativos movilizados para imponer el control social. La Cumbre del Milenio de la OMC en Seattle representa la escenificación del discurso dominante, pero las protestas aprovechan esa cobertura mediática para atraer la atención hacia las mismas. Todo el periodo de contra-cumbres del movimiento global cumple la función simbólica de visibilizar las instituciones de poder real, la OMC, el BM, el FMI, etc. Mientras que los medios de comunicación de masas trasladan la imagen de un mundo gobernado exclusivamente por los líderes de los Estados nacionales, el movimiento señala el poder invisible de estas instituciones y de las empresas transnacionales y utiliza Internet para organizar la protesta y difundirla. Los movimientos se esfuerzan además por crear códigos alternativos, el lema del Foro Social Mundial –‘otro mundo es posible’– refleja el intento por cuestionar el código dominante y legitimar la alternativa.” 

jueves, 7 de marzo de 2013

El devenir de los movimientos sociales: del puño cerrado a las manos agitadas (I)

Ayyy!!! Revoluciones de twitter le llamaron algunos. Sin duda una perífrasis con gancho, un titular con salero, un lenguaje infoteinment al que nos acostumbramos con los contenidos de calidad de programas  estilo “¡Aquí hay tomate!” o Deportes Cuatro… Pero nada más lejos de la realidad. Ya hemos expuesto en anteriores entradas cual es nuestro punto de vista a la hora de abordar estos temas, o mejor dicho, cualquier tema. Como humanistas (¡Uy! ¿Lo he dicho o lo he pensado?), para nosotros todo parte del ser humano, de su  perspectiva y de su representación. Por lo tanto, huiremos de ese (… wait for it…) "determinismo tecnológico” tejiendo otro relato. Esta vez sobre el devenir de los movimientos sociales y su relación con la comunicación
“La imagen del capitalista no es la de aquel con corbata sino la de la estrella de rock" (...) " La revolución de los Beattles era pues, divertida, permitía tener acceso a todo aquello censurado por la moral mayoritaria, hacerse rico con ello y además aparecer como un verdadero revolucionario sin necesidad de serlo" (GONZÁLEZ FERRIZ, R. 2012)


viernes, 1 de marzo de 2013

Un cuento sobre la genealogía de las ‘smartmobs’ (II)



Enla entrada anterior concluíamos con una reflexión interesante de Gianni Vattimo, que se resume en la siguiente cita: “En cuanto cae la idea de una racionalidad central de la historia, el mundo de la comunicación generalizada estalla en una multiplicidad de racionalidades locales –minorías étnicas, sexuales, religiosas, culturales o estéticas- que toman la palabra” (1996: 84); y en un intento por cuestionarla de manera irónica (cogerla con pinzas y taparnos la nariz) la contraponíamos a nuestraquerida TDT. Cuanto menos esta reflexión nos produce un poco el efecto Torta del Casar: Cuando la abres huele un poco fuerte, pero una vez la pruebas tiene su gusto e incluso se te ocurre como combinarla con otros platos.


“El sujeto es creador de la realidad social, no mero espectador o transmisor, sino que crea con cada una de sus interpretaciones el mundo social. La realidad se apoya en la intersubjetividad, de modo que las interpretaciones de cada persona configuran nuevos significados con los que el resto de las personas se manejan también en el mundo, en una interacción continua” (SÁBADA, 2006: 31)