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martes, 26 de febrero de 2013

El enésimo giro copernicano y su reflejo en la Comunicación


Desde hace al menos una década asistimos a un fenómeno que tiene mucho que ver con los augurios posmodernos de la década de los 80. Por entonces filósofos e investigadores se afanaban en vaticinar un nuevo giro copernicano, a partir de en un modelo social y epistemológico diferente, que se basaba en la reafirmación del perspectivismo y la construcción de la identidad del individuo. Si bien no podemos afirmar que esas profecías se hayan cumplido, vemos que, en lo que respecta a la Comunicación, hemos asistido a un cambio en el concepto de espectador. Ya no es una audiencia que se asusta con el relato de la Guerra de los Mundos, sino que nos encontramos ante el actor principal, que es origen de la Comunicación.

"Según Poster, internet es un objeto cultural infradeterminado («underdeterminated », en oposición a la noción althusseriana de sobredeterminación), incompleto, abierto a la recreación. Y convierte al sujeto en algo que ya no es el sujeto de la modernidad, que observa el mundo desde la distancia, sino en un yo (self) que opera con un aparato maquínico siendo un punto en un circuito, un nodo en la red."  (POSTER, 1999: 16  citado en ROVIRA, 2012: 93)".


Aquello que se quiso llamar la posmodernidad cuestionaba  el concepto unívoco de razón en el que se había cimentado la modernidad y parecía dar paso a una nueva época.  Sin duda, podemos poner en cuestión mucha de la mitología posmoderna que circula por las revistas académicas. Lo que no podemos negar es que hemos cambiado el enfoque a la hora de abordar al individuo y a su comunidad.

En las Teorías sobre Comunicación Social, esta evolución se vertebra en el paso de la hegemonía de la Comunicación de Masas a la Autocomunicación de Masas, si utilizamos el término más extendido po Manuel Castells, mediado por la Red. En mi opinión, la cuestión principal a la hora de considerar este cambio reside en el individuo.

El espectador es el sujeto nuclear en el que pivota el cambio de paradigma. Se pasa de considerar al espectador (a aquel que ve) como un individuo principalmente pasivo, que está a merced de las olas mediáticas (un hombre-masa). A ser considerado, en la actualidad, como un sujeto activo sin el cual no es posible el significado. Porque es él quien teje el sentido en cada texto y es, además, un nudo más en un gran tejido compuesto por otros sujetos significantes (un hombre-nodo).

De ahí que, siguiendo las líneas que trazábamos anteriormente, me planteo la posibilidad de abrir un blog que se aproximara a los muchos reflejos que tiene el devenir de la filosofía posmoderna de la diferencia y las nuevas teorías de la comunicación social.



  • ROVIRA (2012): 'Movimientos sociales y comunicación: la red como paradigma' Anàlisi 45 págs 91-104. Barcelona

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